sábado, 4 de octubre de 2014

¿Es realmente posible cambiar actitudes y/o comportamientos de origen cultural mediante acciones educativas?



¿Es realmente posible cambiar actitudes y/o comportamientos de origen cultural mediante acciones educativas?
equipo: Los gallos y la gallina. 
 
Discutiendo sobre el tema e equipo, llegamos a la conclusión de que en la cultura origen va a ser un factor importante para el comportamiento del sujeto, lo menciona así el autor: “Todas las personas comienzan inmediatamente a través de un proceso de aprendizaje- consiente e inconsciente y de interacción con otros, a hacer suyo, a incorporar, una tradición cultural mediante el proceso de enculturación” (Kottak, 2006: 60) pues con este proceso se aprenden elementos ideológicos que condicionan la actitud, pero pensamos que  a través de los procesos educativos si se puede adaptar ese comportamiento, considerando los procesos educativos formales como los informales, es decir, en las instituciones como la escuela o centro de capacitación y también aprendiendo con los amigos, sin embargo siempre tendrán sus bases culturales, sus aprendizajes y sus experiencias, los cuales precisamente servirán para potencializar el desarrollo de nuevas experiencias y nuevos aprendizajes, cuando una persona sale de su contexto o de cultura donde siempre ha vivido, donde nació y donde creció se va a encontrar ante un escenario realmente difícil, pues el lenguaje, las creencias, la religión y las ideologías sociales no serán iguales a las que ya está acostumbrado.

Por tal motivo y como se revisó en clase, la cultura es algo que se lleva tatuado en el alma, no se puede negar, mucho menos eliminar, sin embargo, es posible adaptarla o adecuarla a ciertas situaciones especiales, pero ¿Cuándo sucede esto? Cuando la persona es capaz de ser sincero y realista consigo mismo, es decir, ser consiente  sobre su procedencia y está dispuesto a enfrentarse a los aspectos de su herencia cultural, (Gladwell, 2010:227); pero esto es posible a través de un proceso de adaptación en el cual se reprogramen algunos aspectos de su cultura para lograr algún objetivo en específico.

Una intervención pedagógica y/o educativa puede lograr esta adaptación de la conducta  con el mismo fin que tiene la enculturación (integrar al individuo hacia el grupo, sociedad y cultura) solo que en este caso el proceso se hace de manera consiente y persiguiendo objetivos adaptativos en función a modificar habilidades motrices y cognitivas.

Las habilidades motrices están en relación a mejorar su forma de “hacer” diferentes actividades, desde la forma de tomar un lápiz hasta los protocolos a seguir para pilotar un avión y las habilidades cognitivas están en relación al dominio de un nuevo idioma o tener ciertos conocimientos básicos o especializados sobre un tema.

 El propósito de desarrollar este tipo de habilidades es para que el sujeto se adapte a una nueva situación que se presente, a través de la educación se puede orientar para que el proceso sea más  eficiente y efectivo, pues “todas las personas tienen capacidades equivalentes para la cultura. Independientemente de la apariencia física y de la composición genética, los humanos pueden aprender cualquier tradición cultural” (Kottak, 2006: 60) y para concluir, aunque las personas ya se hallan adaptado a la nueva situación siempre conservaran esos rasgos característicos de su cultura origen, por ejemplo, cuando un mexicano aprende inglés la pronunciación  tiene un sonido diferente a cuando habla un Ciudadano Norteamericano.




Gladwell, Malcolm (2010), Fueras de serie. Ed. Taurus, México.

Kottak, Conrad P., Antropología Cultural, (2006). Ed. Mc Graw Hill, España, pp. 60-65

Integrantes:
Alducin Zavala Jose Luis
López Hernández Carolina
Montecinos Aguilar Eduardo

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